Las paredes de cualquier habitación pueden convertirse, al caer la noche, en la guarida de miles de monstruos horribles y peligrosos. El pequeño Davide no consigue conciliar el sueño por culpa de uno de estos monstruos, empeñado en mirarle fijamente. ¿Quién mejor que un padre aguerrido, y con cámara de vídeo, para hacer frente a la terrible amenaza?