Viaje lírico a través de Armenia, siguiendo la creación y transporte de una estatua de Ashugh Jivani, el poeta armenio más importante de todos los tiempos. Khachatryan, un director que posee una capacidad cisioaria emparentada con Fellini, escribe aquí, sólo con imágenes y cantos armenios, una carta de amor al rico patrimonio cultural de su país, y una crítica a su presente incierto y dividido.