Pablo Díaz Cuadrado vive a pocos kilómetros del lago Matrullas en la cadena montañosa central de Puerto Rico. Allí planta y almacena cereales y semillas antiguas, cría abejas y se prepara para cuando ya no queden agua ni alimentos. La película aborda las estructuras físicas, el tiempo, el valor simbólico del proyecto de Pablo y su emplazamiento como un todo, desde una retaguardia política y estética en la que se recogen los escombros del progreso y se ponen a prueba otras maneras de vivir.