En "Atlantiques", la flecha del tiempo se rompe para viajar a través del sueño y la fantasía. Unos hombres jóvenes conversan sobre viajar a Europa en piragua; hablan del viaje en pasado, aunque todavía están en África. ¿Tienen la travesía por delante o la han dejado atrás? ¿Es realidad o fantasía? La temporalidad lineal de la modernidad, del progreso, se ha deshecho. La conversación informal se acompaña de los sonidos de un océano que permanece fuera de cámara, excepto en un plano. Esta película de penumbra, palíndroma, que comienza y termina con sueños vinculados al mar, se pliega en el centro, cuando se notifica una muerte que no se ve. "Atlantiques" se aleja de la representación directa del sufrimiento para preguntarse si es posible que nuestra conciencia ética se active, en lugar de mediante la ficción y el bloqueo, mediante el poder de lo falso. Dando la espalda al espectáculo, Diop encuentra en la forma oblicua de contar historias una sutil manera de confrontar la catástrofe humanitaria que se está viviendo.