En 1965, con la producción del documental para televisión !The Children of Minamata Are Living", Noriaki Tsuchimoto comenzó lo que acabaría convirtiéndose en una práctica constante de describir las dimensiones sociopolíticas, medioambientales, jurídicas y sanitarias del envenenamiento por mercurio en la bahía de Minamata y en sus alrededores. A lo largo de diecisiete películas, Tsuchimoto hizo un seguimiento de cómo el metilmercurio contenido en las aguas residuales de una empresa química propiedad de Chisso Corporation diezmaba la vida marina y causaba problemas neurológicos graves y víctimas mortales entre quienes comían marisco contaminado. "The Shiranui Sea", más poética y rodada tras la urgente confrontación de "Minamata: The Victims and their World" (1971) y después de que Chisso fuera declarada culpable por negligencia corporativa en 1973, analiza cómo prosiguió la vida cotidiana en la zona y refleja de qué forma condicionaron la existencia de las personas afectadas las acciones de Chisso, del Estado y de las autoridades médicas, en aspectos tanto de pequeña como de gran envergadura. Tsuchimoto no rehúye la representación del sufrimiento y sigue insistiendo en la responsabilidad, manifestando al mismo tiempo una enorme capacidad para escuchar y una compasión que nunca cae en el sentimentalismo. Se muestra que la vida humana y la no humana son interdependientes: las dos se descubren vulnerables al daño y lo suficientemente resistentes para encontrar la forma de superarlo.