Llena de hipnóticas imágenes del océano vacío, la reflexiva película en 16 mm de Meyers presenta de forma exquisita las texturas, los colores y los movimientos de las olas. El océano aparece como un extenso vacío. Pero, como escribió Herman Melville en "Moby Dick", «al contemplar la belleza y el esplendor tranquilos de la piel del océano, uno se olvida del corazón de tigre que palpita en su interior». Meyers nos recuerda ese corazón de tigre, haciendo que sus sublimes visiones de esta gran extensión natural dialoguen con citas y representaciones que atestiguan la fuerza del océano, y detallando su rica historia en un repertorio cultural de signos. La cineasta recurre a la literatura estadounidense del siglo XIX, a monumentos, pinturas y exposiciones de museos para ofrecer un retrato de la belleza y la violencia de la costa de Massachusetts.